Nínive

 

Introducción

En la capital de Asiria, había tanta maldad que llegó hasta la presencia de Jehová. Por tal motivo fue visitada por Dios al menos en dos ocasiones. Una, para que se arrepintiera de sus pecados, y otra, para hacerle saber el juicio que se aproximaba contra ella. Acompáñeme un momento.

 

Origen

La biblia manifiesta que Nínive fue construida por Nimrod, bisnieto de Noé, ahí por el año 1916 después de Adán y 2246 a. C. (Génesis 10.6-11). Por tanto, fue habitada por los hijos de Nimrod y descendientes de Cam, en general (Génesis 10.6,8). Estaba ubicada a orillas del río Tigris, al sureste de Harán.

 

Conocimiento de Dios

Para tener una idea, de cómo los pueblos desde la antigüedad, han tenido conocimiento del Dios creador del universo, se debe comprender lo siguiente: Después del diluvio, los hijos de Noé vivieron hasta quinientos años. Podemos ver el caso de Sem que viviò estos años (Génesis 11.11). Cuando Jehová envía el diluvio, Sem ya tenía noventa y ocho años de vida (Génesis 11.10), y sus hermanos, es de suponer, que también estaban cerca de esa edad. Menciono esto porque dada la edad de estos hijos de Noé, se debe de dar por sentado que conocían plenamente la historia de la creación del universo, del mundo y del hombre, por medio de su padre.

 

Noé tenía quinientos años de vida cuando recibe el mandato divino de construir el arca (Génesis 5.32; 6.13-17). Esto significa que había conocido a muchos de los hombres antiguos que vivieron casi mil años, pues perteneció a esa generación, y pudo escuchar de sus labios la historia de la creación de todas las cosas para luego transmitirla a sus hijos. Además, es de tener en consideración que Noé vivió trescientos cincuenta años después del diluvio (Génesis 9.28). La biblia no dice exactamente en qué región habitó Noé, pero con todo ese tiempo de vida, terminado el diluvio, pudo haber recorrido muchos territorios. Los descendientes de sus hijos, bien pudieron escuchar de su propia boca, la de Noé, sobre la creación, el diluvio y demás.

 

La biblia nos manifiesta que los descendientes de Sem, Cam y Jafet, los tres hijos de Noé, habitaron en territorios distintos (Génesis 10.1...), procurando cumplir el mandato divino de llenar toda la tierra (Génesis 9.1). Y, según la palabra de Dios, cumplieron esta ordenanza (Génesis 9.19). Es de suponer que quienes se trasladaron a esas regiones fueron los mismos hijos de Noé, estando en vida, ya que vivieron muchísimos años. De manera que ellos pudieron transmitir a sus descendientes el conocimiento que tenían del Dios verdadero, y como honrarle por medio de los sacrificios de animales, pues habían visto a su padre Noé hacerlo cuando salieron del arca (Génesis 8.20). Conociendo lo anterior, se puede tener una visión más objetiva de lo que ocurrió en los tiempos antiguos.

 

Hay, según tengo entendido, antiguos documentos o registros asirios y caldeos, que hablan de la creación, el diluvio universal y otras cosas contenidas en la biblia; como bien pudieran existir registros en otras culturas, tomando en cuenta lo que ya hemos observado.

 

Jonás en Nínive

Un día vino palabra de Dios a Jonás, profeta de Gat-hefer, ciudad de la tribu de Zabulón, para que fuera a predicar a esta ciudad asiria (II Reyes 14.25; Jonás 1.1...). Posiblemente gobernaba Israel, JeroboamII; y a Judá, Amasias o Azarías; era el año 3348 después de Adán, y 814 a. C. (II Reyes 14.23; 15.1). Para el momento que llega Jonás a esta ciudad, Nínive ya es una gran metrópoli, una donde habitaban más de ciento veinte mil personas (Jonás 4.11). Jehová decidió enviar a este profeta para dar la última oportunidad a un pueblo que se había ido por camino equivocado.

 

Las personas de Nínive estaban a punto de colmar la paciencia divina con sus impiedades, pero Dios que se complace en hacer misericordia les envía su palabra para hacerles ver su error, para que si lo deseaban, se apartaran del mal y no fueran destruidos. El Señor Jehová siempre da oportunidad al ser humano para que enmiende su camino. No obstante es el hombre o mujer quien decide atender o no a la voz de su hacedor. Quien ordena sus pasos, recibe salvación y muchas bendiciones, pero quien no, recibe conforme a sus obras.

 

Después de tanto batallar con Dios y no poder ganarle, el profeta Jonás se encamina hacia la capital Asiria, para cumplir el mandato divino. Yendo por la ciudad, Jonás predicaba: "...De aquí a cuarenta días Nínive será destruida" (Jonás 3.4). Estas palabras sencillas llegaron al corazón de los asirios, incluyendo su rey; se arrepintieron y convirtieron de su maldad y Dios les perdono toda desobediencia y no les destruyo (Jonás 3.6-10).

 

Frutos de la obediencia

Después de esta experiencia cercana a la aniquilación, Nínive comenzó a prosperar. Esto sucede con todo aquel que oye la voz de Jesús y se arrepiente y convierte de su mal proceder. Como setenta u ochenta años después de la predicación de Jonás, los asirios conquistaron muchos territorios, entre ellos: Galilea, Galaad y la ciudad y territorio de Samaria; año 730 o 720 a. C. (II Reyes 15.29; 17.6).

 

Profecía de Nahúm

A pesar de todo este bien y favor de Dios para con Asiria y su capital, Nínive, ellos se olvidaron de Jehová. Las nuevas generaciones que no conocieron a Jonás, no siguieron el camino de sus padres en el temor de Dios. Comenzaron nuevamente a hacer el mal y a ofender al Dios de los ejércitos con sus hechos, lo cual les traería consecuencias muy tristes. La palabra de Dios enviada a Nahúm para los asirios, comienza así:

 

"Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable..." (Nahúm 1.2-3).

 

Esta profecía, se supone, fue revelada a Nahúm en el año 612 a. C. Si así fuera, sería como doscientos años después de la predicación de Jonás a este pueblo. Jehová se presenta a los ninivitas, por medio de Nahúm, como el Dios todopoderoso y también como adversario, porque ellos se habían apartado del buen camino. Todo aquel que vive haciendo lo malo, lo que Jesús condena, es automáticamente enemigo de Dios (Hebreos 10.27). Esta predicación del profeta, ya no es para que el pueblo asirio se convierta de su mal camino, sino solamente para hacerles saber que se acercaba el castigo y porque causa era.

 

Llega un momento en el que la paciencia de Dios se colma o termina, cuesta que esto suceda, pero sucede. Por esto Jehová les dice a los asirios, al final de esta profecía: "No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad" (Nahúm 3.19). Los habitantes de Nínive y de Asiria conocían de, y a Dios, desde siempre, pues esta ciudad fue fundada pocos años después del diluvio. Sin embargo nunca buscaron a Jehová de todo su corazón, aun cuando él les habló muchas veces.

 

Lamentablemente esto sigue sucediendo, en naciones, ciudades e individuos que Dios quiere bendecir, pero ellos no permiten que lo haga. Cuando alguien hace esto, llega el momento en el que Jehová se aburre de llamarle, se cansa de rogarle que le abra su corazón. Si es una persona la que no atiende el llamado divino, a veces es quitada de sobre la faz de la tierra; si es una nación, vienen juicios sobre ella etc. Según la historia, el mismo año que recibió Nahúm esta profecía fue destruida la ciudad de Nínive y por ende, tomado el país de Asiria. Pero se supone que quien destruyó Nínive fue Nabucodonosor, y si esto es cierto, entonces la ciudad fue derruida el año 605 o 604 a. C. Pues en este tiempo comenzó a reinar y a expandir su imperio este rey.

 

Conclusión

Hay que saber aprovechar la oportunidad cuando oímos la voz divina, ya sea verbal o escrituralmente, para abrir nuestro corazón al Señor Jesucristo. Como seres humanos, estamos en riesgo cada día de abandonar este planeta, si nos visita el ángel de la muerte. Por este motivo, el día que la persona abre sus ojos a un nuevo día, Jesús aprovecha para hacerle la invitación para que asegure su alma. Si aún no lo ha hecho, hágalo hoy, y verá como Jesús bendice su vida. Las personas de Nínive no supieron aprovechar la oportunidad que Jehová les dio, y por ello fueron destruidos. Dios quiera que usted si sepa tomar y sacar el máximo provecho a esta oportunidad que Dios le da. Amén.

Citas; Reina Valera 1960