Resurrección


Introducción

En toda la Escritura se encuentran referencias sobre la eternidad. Desde siempre Jehová reveló al hombre sobre esto. Un día el ser humano recibirá un cuerpo inmortal, un día el hombre o mujer tendrán la dicha de tener un cuerpo que cualquier persona desearía en este tiempo. Es pues menester, necesario tomar muy en serio lo relacionado a esta temática. Acompáñeme.

 

Definición

Antes que nada vamos a ver según la biblia que es la resurrección, que significa resucitar. Cuando hablamos de este suceso, estamos hablando de recibir un cuerpo nuevo, parecido al que tenemos pero diferente. No es la carne la que va a resucitar, si no que el alma, la persona espiritual es la que recibirá un cuerpo nuevo. Esto lo entendemos por lo que leemos en la palabra de Dios:

 

"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (I Corintios 15. 51-52).

 

En la venida de Jesús a llevarnos a las bodas del Cordero, segunda venida o arrebatamiento, como podemos notar en este versículo, los muertos resucitarán primero, y los vivos seremos transformados. Esto lo manifiesta también el Señor en la primera carta a los tesalonicenses (I Tesalonicenses 4. 16-17). Carne y sangre no heredarán el reino de los cielos. "Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción heredar la incorrupción" (I Corintios 15. 50). Como vemos el cuerpo natural no puede entrar en el reino de los cielos.

 

¿Quiénes resucitarán y cuando sucederá?

Resucitarán o recibirán cuerpo nuevo todos los seres humanos, justos e injustos (Hechos 24. 15). Con la diferencia que unos, lo harán para estar con Dios por toda la eternidad, cuando Jesús venga por su iglesia (I Tesalonicenses 4. 13-17; I Corintios 15. 51-52). Y otros, resucitarán solo para pasar por el gran juicio final y ser echados al lago de fuego y azufre, lo cual sucederá después del milenio (Apocalipsis 20. 5-6, 11-15).

 

¿Qué cuerpo tendrán los resucitados?

Esta pregunta ya se la hacían los hermanos en los días del apóstol Pablo, en respuesta él escribe:

 

"Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra en cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual" (I Corintios 15. 35-38, 42-44).

 

Quien resucite tendrá un cuerpo espiritual, pero visible y con facultades extraordinariamente poderosas. La Escritura dice que reinaremos en la tierra, sobre la humanidad sobreviviente a los juicios del apocalipsis (Zacarías 14. 16; Apocalipsis 5. 10). El nuevo cuerpo ya no morirá, ya no se enfermará (Isaías 25. 8; Oseas 13. 14; Apocalipsis 20. 14; 21. 4-5), y ya no se envejecerá. Esto de no envejecer, se sobre entiende, ya que en la eternidad no existe el tiempo, permaneceremos jóvenes por siempre. Tampoco necesitará el hombre mujer, ni la mujer hombre, en otras palabras ya no se casarán ni darán en casamiento. Así lo manifiesta nuestro Señor y Salvador. "Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo" (Mateo 22. 30).

 

Adán conocía sobre esto

Muchas de las cosas que escribió Moisés, son unas que fueron transmitidas oralmente desde Adán hasta Abraham y desde Abraham hasta Moisés. Es de notar que Abraham desciende de hombres fieles a Dios, que conocían a Jehová y que tenían comunión con él. Por tanto estaban llenos de su presencia y de su temor para relatar fielmente los hechos, los acontecimientos que fueron transmitidos por el mismo Adán a sus hijos y descendientes. Teniendo presente esto, podemos ver como Moisés escribió sobre la eternidad, pues él conocía del tema.

 

En Génesis 3. 22 dice: "Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre". Moisés hasta conocía sobre el libro de la vida. "Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito" (Exodo 32. 32). Aquí vemos claramente que Moisés sabía sobre la eternidad y resurrección.

 

Los israelitas también tenían este conocimiento

Así como Moisés, también todos los israelitas sabían de estas cosas, ya que eran y son, fieles lectores de sus escritos. David dice en uno de sus salmos: "En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza" (Salmos 17. 15). A Ezequiel le es revelado sobre la resurrección para que lo compartiera con los cautivos en Babilonia (Ezequiel 37. 1...). Daniel también recibió revelación sobre el libro de la vida y la resurrección (Daniel 12. 1-2). Así, en diferentes épocas los hijos de Israel fueron alumbrados en relación a la resurrección de los muertos y eternidad.

 

En la época en que Jesús anduvo entre los hombres había en Israel dos sectas religiosas principales, estaban los fariseos y los saduceos. Los primeros, los fariseos, creían en la eternidad, en la resurrección de los muertos, en los entes espirituales etc. Los segundos, los saduceos, no creían en nada de estas cosas. Hechos 23. 8 dice: "Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas". Estas corrientes religiosas prevalecían en Israel en esos días. De modo que los que seguían la doctrina farisaica creían en la resurrección.

Citas; Reina Valera 1960.